Dije a un almendro:¡Háblame de la libertad!
Y el almendro floreció.
Dije a un pobre:¡ Háblame de la libertad!
Y el pobre me dio cuanto tenía.
Dije a un niño:¡Háblame de la libertad!
Y el niño, acariciando mi cara, me sonrió.
Dije a un ruiseñor: ¡Háblame de la libertad!
Y el pajarillo comenzó a trinar.
Dije a un soldado:¡ Háblame de la libertad!
Y el soldado soltó las armas.
Dije a mi madre:¡ Háblame de la libertad!
Y mi madre me besó.
Dije a la Biblia.¡Háblame de la libertad!
Y la Palabra me invitó a liberarme, liberando a los demás.
Dije a Jesús: ¡Háblame de la libertad!
Y me dijo:¡la libertad eres tú, en mí, con los demás!
Para eso te doy a mi Madre.